sábado, 20 de mayo de 2017

Toda una imprudencia



Leandra López estaba en Quilpué haciendo unos trámites, de unas parcelas que le dejó su madre en su meses. Leandra llegó a la municipalidad para ver todo acerca de sus tierras heredadas por su madre, estaban en una especie de condominio llamado “fundo los Quillayes”. Leandra entró a la municipalidad la cual era muy pequeña, gris, sofocante y aburrida como todos los trámites en sí. Leandra tomo su número de atención y se sentó y empezó a pensar - Mientras espero organizaré mi día, entonces terminando estos aburridos trámites iré donde mi tía a tomar oncecita a charlar un rato y luego me iré a viña a la casa de mi amiga, ¿que micro tenía que tomar?... Ah sí la 104 que pasa por las palmas. ¿A qué día estamos? a 8 de mayo ¿verdad? haber voy a revisar- revisa su teléfono y efectivamente era 8 de mayo- Ya perfecto, entonces si hoy es lunes 8, mañana martes 9 y pasado mañana es 10 de mayo, el día de la madre, iré a visitar a mi mamita al cementerio, hay mamá si te hubieras cuidado mejor de esa enfermedad no tendría que hacer tanto trámite- Llamaron a Leandra, después de de una hora salió de la municipalidad​ y se fue donde su tía

 Llegó a la casa de su tía se saludaron y pasaron al comedor, el comedor era bastante viejo la mesa por lo menos tenía unos cincuenta años, la pared era de color azul claro y tenía agujeros en todas partes debido a las termitas las cuales también hicieron hoyos en el techo de madera. Su tía encendió la tele y se fue a buscar las cosas para comer, en la tele había un reportaje de que la micros iban muy rápidas sin seguridad alguna. La tía de Leandra se sentó y le pregunto donde y como se iba, Leandra contestó que iría a la casa de su amiga en micro, la tía le dijo que se cuidara porque hoy en día las micros andan a mucha velocidad sin precaución Leandra dijo que no se preocupara y se fue a la casa de su amiga. Fue al paradero y tomo la micro 104 se subió y se sentó, había unas veinte-veinticinco personas la micro la cual como todas estaba rayada en todos lados, el techo un poco roto y los asientos más incómodos de la vida, según Leandra. La micro partió y Leandra empezó a pensar en su día y se acordó del reportaje de las micros a mucha velocidad y pensó que pasaría si está micro se diera vuelta porque igual iba a mucha velocidad pero dijo "ya me estoy pasando rollos" y de repente la micro se vuelca dos veces y Leandra vio la cara de su madre y sintió un golpe en la cabeza. Veintidós personas salieron heridas esa tarde de 8 de mayo de 2017 y dejo muerta una persona una mujer debido a un brutal golpe en la cabeza.










Bibliografía:

http://www.ahoranoticias.cl/noticias/nacional/196404-grave-accidente-de-bus-en-vina-del-mar.html




domingo, 9 de abril de 2017

El pícaro de la panadería

El pícaro de la panadería

Estaba deambulando por el centro, triste, porque “guatita llena corazón contento”. Pero mi guatita estaba vacía y esa es la razón por la cual estoy deprimido. Caminé hasta el mercado “Tres B”(la cual hace alusión a bueno, bonito, barato) para pedir limosna porque en el centro ya todos me conocían y no me querían dar dinero y me decían cosas como -¡trabaja que eres joven!- o - ¡oye niñato deja de holgazanear y consiguete un amo¡- o simplemente pasaban al lado mio ignorandome, efecto probablemente de mi ropa andrajosa y sucia. Entonces en el mercado empecé a “Reconocer Terreno”, caminé por el mercado  para ver lugares para que me dieran limosna o mejor aún que viniera una persona adinerada y me dijera- yo seré tu amo y te alimentaré por siempre- Sin embargo había una probabilidad de...
¡nunca! que eso pasaría. Continúe y vi algo “Maravitupendo” una panadería y  hermosa hallulla aunque sabía que estaba mal pero mi estómago no le importaba, así que me dirigí a la entrada para analizar las posibilidades y vi que el panadero cada cinco minutos se daba la vuelta entonces cuando se giró aproveche mi oportunidad hurte la hallulla.


Así fueron los siguientes días cuando no conseguía limosna (lo cual era casi siempre) después de un largo día me iba a la panadería a robar una hallullita sin embargo un dia, después de pedir dinero fui a hurtar una hallulla pero de repente cuando sacó el pancito el panadero se da la vuelta y grita -¡¿que estás haciendo?!- y yo volteé a el y respondí -nada- y el contesto -a si, entonces porque tienes una hallulla en la mano si ni siquiera me la has pedido para llevártela, y por tu aspecto ¿creo que no tienes dinero verdad?- yo le respondí - si, no tengo dinero pero soy muy útil y audaz tan audaz que nunca se dio cuenta que llevo más de dos semanas robándole hallullas- creo que no debí haber dicho eso, pero ya no puedo arreglarlo, entonces el panadero contesto -asi que dos semanas ¡he!- yo ahí pensaba que me iba a aplastar con sus grandes manos sin embargo al panadero la cara le cambió a una de comprensión y frustración y dijo -bueno como no te pueden meter en la cárcel por ser menor de edad te haré pagar por tus actos, por lo cual yo seré tu amo me ayudarás en la panadería y cómo paga al día te daré dos panes y cuando termines de pagar por tus actos vandálicos te daré 6 panes y una botella de agua- cuando escuche eso me alegré, no era el tipo de amo que esperaba me eso de tener deliciosas hallullitas me convenció bastante.


Así fue como empecé a trabajar, lo primero era aprender a hacer la masa, segundo darle la forma de pan y finalmente meterlo al horno, eso era fácil aunque al principio me costó mucho pero aprendí rápido y lo mejor era que yo recibía mis dos hallullas diarias. Todo se complicó cuando tuve que hacer calzones rotos, la masa en sí estaba bien pero la forma y el largo no, estaba todo chueco y el panadero decía -¡que es eso! ¡parece vomito de serpiente!- nunca logré entender ese dicho o frase aunque nunca me importó saberlo y más encima no logré hacer los los calzones rotos. Después de dos semanas mientras recibía mis dos pancitos me di cuenta que ya había “pagado mis actos vandálicos” y que el trato de seis hallullas y mi botella de agua debía ser cumplido por mi amo pero cuando le exigía que lo cumpliera me ignoraba, me gritaba y si se lo pedía mucho me empezaba a golpearme así que por el momento me tenía que conformar con dos hallullas al día. Y un día se lo pedí varias veces y al principio usaba una excusa barata como “no puedo porque me siento mal y ni se te ocurra sacarlas tu porque me vas a robar seguro” o “¡no ves que estoy ocupado, lárgate y déjame trabajar” pero no me rendí entonces el sacó el rodillo y me empezó a pegar y quedé lleno de heridas y moretones.


Yo no pude aceptar más injusticias, maltratos y golpes así que recurrí a la ley pero no me dejaron entrar a los tribunales por mi ropa andrajosa y sucia, entonces recurri a la Policía y lo denuncie sin embargo no me prestaron atención y además me dijeron que eran amigo del panadero entonces les mostré mis heridas y moretones y les dije que había sido el panadero
aunque me dijeron que era un pícaro y que yo me las habías hecho para poder sacarle dinero y comprar comida en exceso, y eso no era verdad. Como nadie me ayudaba y no tenía a nadie más a quien recurrir decidí “tomar cartas en el asunto” (creo que era algo así el dicho) por lo cual me devolví al mercado “Tres B” y fui a la panadería a trabajar, al llegar el panadero me preguntó dónde había ido y le dije que salí a tomar aire. Después de trabajar hasta tarde cuando se había ido a dormir comencé mi plan de venganza.


Así que empecé fui por una bolsa gigante y metí todos los panes que había en especial mi debilidad​ las hallullas. después agarre todos los cuchillos y les prendí fuego en el horno de barro que tenía, mientras se derretían los cuchillos empecé a romper todos los utensilios de madera en especial su rodillo favorito, luego cuando terminaron de derretirse los cuchillos empecé a destruir el horno de barro pasito a pasito suave suavecito y para finalizar y “poner la cereza del pastel” puse queso en cada rincón de la panadería para que las ratas infestaran el lugar. Tal vez fui muy cínico pero yo le había advertido que yo era muy audaz.

Y así fue como fui con muchos panes y hallullitas, moretones y heridas pero había tenido una venganza exitosa. Cuando iba caminando por el centro escuche a un canillita diciendo -extra, extra panadero arrestado por tener infestado su panadería de ratas y por no pagar sus impuestos- eso me gratifico aún más porque nadie se mete conmigo ni con mis hallullas y ahora puedo decir que estoy contento porque mi guatita está llena y como dice el dicho “guatita llena corazón contento”

FIN



Palabras 1.068